Si no te cuento que es reciclado, ni te enteras

Uno de los objetivos del proyecto CAPgira, a través de las actividades educativas y sesiones con adultos y familias, es hacer creíble y evidente la transformación progresiva de los procesos de producción y la utilización de materias recicladas. Detrás de estos procesos hay compañías, pero sobre todo, personas capaces de incorporar estos valores en el alma de sus empresas para hacer productos increíbles a través de la innovación y de la voluntad que podemos y debemos producir y consumir de una forma distinta.

Hemos visitado a Javier Goyeneche, presidente y fundador de Ecoalf en su sede de Madrid, para conocer mejor esta marca de diseño, y también para compartir con él la sorpresa que generan sus productos entre los participantes en el proyecto didáctico. En la calle Hortaleza de Madrid, el espacio que ocupa Ecoalf combina la tienda, un agradable espacio expositivo con luz natural y la zona de trabajo. Posiblemente no hay mejor manera que todas las personas implicadas en el proyecto respiren del mismo espacio y vistan las prendas de la marca. Se nota en el aire y en el equipo de personas.

Miro entre percheros las diferentes y coloreadas prendas. Es tan increíble como cierto que una chaqueta puede estar hecha con plástico recuperado de redes de pescar o con botellas de plástico de la recogida selectiva. “Si no te cuento que es reciclado, ni te enteras” me decía más tarde Javier, regalándome un precioso titular.

La conversación con Javier me resulta fácil hablando de los propósitos y compromisos de las empresas que apuestan por hacer las cosas bien y diferente. Hablamos el mismo lenguaje, y no tenemos que convencernos de nada. Le cuento algunas anécdotas y reflexiones acerca de las reacciones que causa entre alumnos, docentes y adultos ver y tocar los zapatos Ecoalf de plástico reciclado que llevo durante la actividad.

Desde un punto de vista educativo, uno de los aspectos que me sorprende en estos primeros meses de la experiencia, es evidenciar como los conceptos de la economía circular y las interesantes historias que genera, son comprensibles transversalmente para un amplio rango de edad desde alumnos de ciclo medio de enseñanza primaria hasta adultos. No hay necesidad de modificar los contenidos y basta con adaptar el lenguaje y la interpretación a cada nivel. Todos sabemos que en la educación los contenidos se adaptan muy específicamente a cada nivel de aprendizaje. Diría que la economía circular, desde la lógica del funcionamiento de los sistemas naturales, nos permite un discurso argumental muy básico que nos conecta como especie a lo esencial, y que consecuentemente resulta fácilmente comprensible para un amplio público.

Cuando mostramos algunos productos realizados con materias primeras recicladas, la sorpresa a causa del desconocimiento es también equivalente para cualquier público. Nos encontramos pues en un terreno muy favorable educativamente ya que nos permite utilizar la singularidad y lo insólito para adquirir nuevos y sorprendentes conocimientos a través de la admiración.

Insistimos desde hace años en la necesidad de educar a los niños y jóvenes en los principios de la sostenibilidad y el medio ambiente. Es necesario, innegable, pero actualmente deberíamos tener en cuenta que, debido a la aceleración de los avances sociales y tecnológicos,  la comprensión del mundo entre generaciones cambia cada poquísimo tiempo, así como nuestra capacitación y adaptación. Por eso la “recogida selectiva” quizás fue elemento de cambio y sorpresa para los adultos que la vimos nacer, pero supone emoción “zero” para los que han nacido en este escenario.

La economía circular, en cambio, es una novedad absolutamente para todos y por esto resulta excitante para todos los públicos, aunque tenemos una clara diferencia entre el público infantil y el adulto: la capacidad de adaptación a las nuevas tendencias y el manejo de las habilidades y competencias que nos demanda la evolución tecnológica actual.

CAPgira aprovecha estas habilidades de los jóvenes para incorporar a la educación los procesos de innovación y transformación social que representa la economía circular, pero debe llegar igualmente a los adultos para actualizar conceptos caducos y renovar emociones, aprovechando que un segmento de adultos recuerdan actitudes sensatas de consumo y comportamiento de un pasado no muy lejano.

Por este motivo, es necesario que todo el mundo acceda a esta nueva visión de la realidad y me gusta decir que el proyecto CAPgira habla más de economía circular que de recogida selectiva, pone el acento en los productos y no en los residuos, y le interesa la innovación en lugar de conservadurismo.

Y aunque parezca mentida, otro aspecto sorprendente que me muestra la actividad es que jóvenes y adultos siguen respondiendo con absoluta naturalidad que la materia prima para producir cartón es la madera, cuando en realidad es el papel reciclado la principal materia utilizada para fabricarlo. Como os podéis imaginar, nadie duda en decir que la materia prima para hacer plástico es el petroleo, y a nadie se le ocurre todavía decir que el mismo plástico puede ejercer de valiosa materia prima para la misma función.

Nada mejor para evidenciar este hecho que el proyecto “Upcycling the oceans” de Ecoalf, que Javier me cuenta con satisfacción.  Expresado con tanta normalidad, convencimiento y pasión se hace impensable que no se pueda hacer ropa con residuos plásticos recogidos del mar. Efectivamente, en pocos meses, Ecoalf sacará una línea de prendas confeccionadas con un alto porcentaje de residuos de PET extraídos del mar mediterráneo, con la colaboración de los puertos pesqueros de Levante. Y lo que me parece de más alto valor es que todo el proceso, desde la recogida de los residuos y su selección, hasta la elaboración del pellet, el polímero y el tejido se realizará sin salir del Estado español. “Si no fuera así, no lo haríamos” sentencia. Y a eso nos referimos cuando afirmamos que la economía circular debe generar empleo e innovación en el entorno más cercano posible.

Como en el proyecto CAPgira no nos basta con una imagen y ni siquiera con mostrar el producto real, le hemos pedido a Javier que nos lo contara con un breve vídeo.  El testimonio de las personas que abanderan proyectos reales de innovación es un elemento educativo de primer orden que incorporamos a la actividad educativa para darle credibilidad, atractivo y potencia: vemos la imagen, tocamos el producto y su creador nos lo explica.

O sea, que si deseáis escuchar las palabras dedicadas de Javier Goyeneche, al que agradecemos su amabilidad y colaboración, no os quedará más remedio que hacer un CAPgira!

 

Aquesta entrada s'ha publicat en Canvi climàtic, Consum, Economia, Economia Circular, Educació, General, Marques, Màrqueting, Moda, Residus i etiquetada amb , , . Afegiu a les adreces d'interès l'enllaç permanent.

Els comentaris estan tancats.